¿Existieron los vampiros?
La figura del vampiro está presente en todas las culturas del mundo de alguna u otra manera. Rodeada por cientos de mitos a lo largo de la historia, los más escépticos han buscado una explicación científica que determinara razonablemente la verdad de lo que sucedía.
Así es como se lograron encontrar determinadas condiciones médicas que explicaban por qué en algunas personas se presentaban extraños comportamientos relacionados con el vampirismo o con lo que la gente solía denominar como vampirismo.
No es necesario aclarar que los vampiros no existen, pero sí es muy interesante conocer estas enfermedades extrañas y comportamientos humanos alterados que pueden provocar comportamientos “vampíricos”.
La leyenda de los vampiros
La figura del vampiro proviene del antiguo folclore europeo. Se trata de una criatura mítica y sobrenatural con varias características peculiares.
Entre las supuestas características de esta criatura, ]encontramos una profunda aberración a los ajos, las cruces y la luz del sol, y una necesidad continua de beber sangre.
Veamos a continuación algunas enfermedades relacionadas con el mito clásico del vampiro.
Rabia, locura y mordiscos 
La hidrofobia, conocida popularmente como rabia, es una enfermedad infecciosa que ataca al sistema nervioso central transmitida a los seres humanos por ciertos animales. Se transmite por un virus (Rhabdoviridae) y provoca encefalitis. No solo tiene síntomas físicos y psicológicos en la persona, sino que incluso puede provocar la muerte.
La rabia influye en la persona de una manera tal que esta termina asemejándose a lo que conocemos como el mito del vampiro, por sus comportamientos algo extraños; entre ellos, morder a los demás.
Por otro lado el virus de la rabia también puede producir hipersensibilidad a la luz y otros problemas relacionados con los estímulos visuales y los sentidos, por ejemplo con los espejos. La víctima de hidrofobia puede sufrir fuertes ataques ira y distintos comportamientos agresivos y delirantes.
El virus de la rabia al alojarse en el cuerpo también produce problemas en los patrones de sueño, por lo que las personas afectadas sufren de insomnio y se mantienen despiertos por la noche.
Por último, la mordedura de un murciélago afectado con este virus es una de las maneras de contraer el virus de la rabia. Es probable que se asociaran los síntomas de esta enfermedad con las características típicas de los vampiros.
Sin reflejo 
Dentro de las muchas variantes del mito, se señala que el vampiro al no poseer alma no se refleja en los espejos, por lo que los vampiros sienten aberración por ellos. Sin embargo en la realidad existe un diagnóstico médico relacionado con esto: la eisoptrofobia (más conocida como catoptrofobia), una fobia por la cual las personas temen y al mismo tiempo detestan los espejos.
La eisoptrofobia es un trastorno psicológico provocado por un evento muy traumático en la niñez. La persona afectada es incaaz de mirarse en el espejo por el terror profundo que le provoca. Al enfrentarse con un espejo puede llegar a sufrir un ataque de ansiedad o un ataque de pánico.
Este también es un síntoma que se hace presente en algunos casos de rabia y otra enfermedad extraña que provoca que la persona y sus comportamientos extravagantes puedan relacionarse al vampirismo.
Sed de sangre 
Para quienes nunca escucharon hablar de la porfiria, se trata de una enfermedad muy peculiar en la que la persona siente un deseo profundo de beber sangre humana. Puede sonar extraño, pero en el año 1985 varios casos de porfiria estremecieron a varias comunidades europeas, que volvieron a establecer un nexo entre los vampiros y las personas afectadas con esta enfermedad real de origen genético.
Esta enfermedad produce cambios y anomalías en los niveles de hemoglobina de la sangre.
Entre otros aspectos, la persona presenta alta sensibilidad al sol, sufre de ampollas en la piel tras una larga exposición al mismo, y también puede presentar un fuerte color rojo en la orina.
Obsesión por las matemáticas 
La arithmomania es otra condición extraña que se relaciona con los vampiros. Entre los tantos mitos sobre esta criatura existe el de la obsesión del vampiro por las matemáticas y por contar absolutamente todo lo que encuentre a su alcance.
Parece que en la edad Media se colocaban grandes cantidades de semillas, granos y arroz dentro del ataúd del ser querido. Así el vampiro al abrir el ataúd se ponía compulsivamente a contar los granos y se olvidaba el cadáver.
La arithmomania, un trastorno psicológico obsesivo, provoca que la persona sienta la necesidad de contar todas las cosas a su alrededor. Con mucho humor, el Conde von Count de Plaza Sésamo demuestra tener este trastorno y estar obsesionado con contar todas las cosas.
Este es uno de los mitos menos conocidos y más antiguos sobre la figura del vampiro. Antiguamente se creía que bastaba con arrojar un puñado de semillas a un vampiro para poder escapar, ya que el vampiro se quedaría contando cuántas semillas había.
Asesinados por el sol 
Esta es una de las características más populares de los vampiros, que el sol los quema por completo, pero ¿conoces la xeroderma pigmentosa? Se trata de una enfermedad genética de la piel, que hace que la persona sea incapaz de recuperarse de los daños provocados por los rayos ultravioleta UVA y UVB.
La más mínima exposición a la luz del sol provoca daños irreparables y quemaduras sumamente dolorosas. Quienes sufren de esta enfermedad tienen estrictamente prohibido salir de su casa, y dee acondicionarlas para que la luz del sol no les incida directamente.
Cuando estas personas se exponen al sol les salen ampollas, la piel les supura y los ojos se les hinchan de sangre.
¿Se imaginan a una persona que tenga todos estos síntomas? ¿Creen que alguna vez existió alguien que tuviese todas estas enfermdades o varias de ellas? ¿Será que por alguien así se creó la leyenda de los vampiros?
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fuente: ojocientifico.com/3607/existieron-los-vampiros-comportamientos-humanos-relacionados-al-vampirismo y taringa.net
