Aunque los Toreador tienen muchas facetas maravillosas, el clan tiene su lado oscuro. Incluso a pesar de que uno de sus aspectos más prominentes sea un amor y respeto generalizados por la humanidad, hay algo en estos Vástagos que florece con la explotación de los humanos.
Consumidos en su gran mayoría, los explotadores son los que han aprendido a sacar poder, riquezas e influencia de los placeres que piden los humanos. Muchos de estos forman sus propias bandas, mientras que otros se rodean de mortales y los convierten en ghouls. Los explotadores se dedican a la pornografía infantil, prostitución, juego, tráfico de esclavos, cultos y el mercado negro. Con su experiencia en el trato con los humanos, no tienen problemas para establecerse en uno ninguno de estos campos.
En el área de la industria porno, hay muchos depravados miembros jóvenes del clan que se dedican a Vincular jóvenes inocentes, lo que les permite forzarles a hacer cualquier cosa. Una nota marginal de interés es que algunos Toreador que han perfeccionado el arte de la Mascarada y disponen de medios Taumatúrgicos para simular funciones humanas se han convertido en estrellas del porno: aman la notoriedad y consideran su trabajo un anti arte o arte de la contracultura. El proxenetismo es una práctica común en algunos que consiguen buenos ingresos ya que suelen Vincular a hombres y mujeres muy bellas. Aunque ciertos Toreador vendieron esclavos africanos hace siglos, otros ya estaban en el negocio mucho antes y algunos lo siguen haciendo hoy. Aunque hay mucha demanda de mujeres y niños blancos entre los ricos del Tercer Mundo, el negocio se ha ampliado tanto que cualquier persona puede ser vendida como esclava, independientemente de su raza, color o circunstancia. Hay quien cree que los Toreador que controlan el tráfico de esclavos tienen una alianza con los Assamitas y los Setitas. El juego es muy antiguo y la vida es una apuesta. Aunque Las Vegas parece lo peor que podría experimentar un Toreador, otros afirman que la ciudad representa el rechazo definitivo de los Farsantes a los Artesanos. Controlando casinos por todo el mundo, compitiendo con Ventrue y Setitas, han encontrado la forma de ganar dinero sin esfuerzo. Hay muchos tipos de mercado negro, pero el tráfico ilegal de obras de arte robadas, antigüedades y objetos raros es el más apetecible. Es frecuente que quienes se dedican al tráfico de esclavos, también se dediquen a esto. Quienes sospechan de la existencia de una mafia artística formada por antiguos del clan podrían relacionar ambos grupos pero nada ha sido probado hasta ahora. Si una organización tan secreta existe de verdad, lo más probable es que los traficantes Toreador actúen como sus peones. Los Toreador más depravados y hambrientos de poder son los que tienen sus propios cultos, conocidos como Cultos de Sangre, pues sus miembros proporcionan poder y sustento a sus amos. Pero los cultos pueden ser peligrosos, incluso para el vampiro más fuerte. Los amos de los Cultos fundan templos ocultos y reúnen seguidores que pueden ser gente sin hogar, o mercenarios, políticos o altos ejecutivos. Muchos de estos cultos son versátiles y poderosos, y a la vez lo bastante pequeños para actuar con precisión. Aunque varían en cuanto a prácticas y objetivos, las orgías y comunicaciones de sangre, la creación de gran número de ghouls e incluso progenie y los rituales ocultistas son aspectos comunes de todos ellos.
Rivalidades.
Algunos Toreador desarrollan rivalidades con otros miembros del clan. En la mayoría de los casos, tiene su origen en algún conflicto del pasado y cada uno de los rivales intenta superar al otro. En algunos casos, se trata de un juego que ninguna de las partes se toma demasiado en serio, participando solo para lucirse y evitar la pérdida de respetabilidad. En estos casos, la rivalidad suele servir como un acicate para que los Toreador trabajen siempre al tope de su capacidad.
Las rivalidades más serias suelen durar siglos. De hecho, algunas se han vuelto tan encarnizadas que uno de los rivales ha acabado destruyendo al otro. En la mayoría de los casos, cuando uno hace algo para atraer atención positiva, el otro intenta superarle. De vez en cuando, los rivales hacen todo lo posible por enfocar una atención negativa sobre el otro mediante el uso de rumores, intrigas y conspiraciones. Por lo común, los Toreador que admiten su derrota y se dedican a sus intereses pierden algo de respetabilidad, pero si lo hace con estilo y haciendo que la derrota parezca menos, pueden salir casi ilesos. Humillar por completo al rival está mal visto, pues no hay necesidad de hacerlo y se considera como un signo de inseguridad o megalomanía. Por supuesto, el vencedor llega a grandes extremos para asegurarse sutilmente de que todo el mundo se entere de lo que ha ocurrido.